martes, 12 de mayo de 2015

¿A quién le creo?

Un poeta dice que el mundo es un infierno, un lugar terrible, oscuro, insoportable.
Una terapeuta alternativa dice que vivimos una época de luz, donde pronto alcanzaremos una dicha sin precedentes.

¿A quién le creo?

El poeta es la enfermedad
La terapeuta es la salud

El poeta trabaja con los demonios
La terapeuta trabaja con los ángeles

El poeta sufre > evoca su sufrimiento en cada palabra, lo reconoce o no lo entiende, lo ausculta, obsesivamente lo rodea con fuego acercándose a él para experimentarlo en todo su dolor.
La terapeuta tiene sus cosas resueltas > la consciencia está puesta en lo divino porque nada la arrastra al mundo inferior, ella esquiva los fuegos del infierno con las facultades volátiles que su experiencia le entregó.

El poeta es masoquista. Se destruye y busca la destrucción. Se rasca las costras aunque sangren. Se aniquila y se desangra porque él es su todo, porque su interioridad se lo come, y sus palabras son como su carne al revés, expuestas al público que las desprecia, las ignora o las elogia.
La terapeuta busca sanar a los demás. Toda su obra es gracia del espíritu, luminosidad que ella, por generosa, le entrega a la humanidad. Es necesario compartir… ayudar a otros cuando uno es todo salud, todo dicha.

El poeta es esclavo de la verdad. Y la verdad es desagradable, un símbolo invertido de todo lo que la cultura nos intenta mostrar. Como las flechas de un anticupido la verdad lo cruza sin poder este esquivarla. Su mano delirante sólo relata los negros sentimientos, las ansiedades, los miedos que le deja la verdad.
La terapeuta es esclava de su propia verdad. Estudiando encontró un método que le da sentido al universo, que dota de significado a toda la existencia. Su tarea no es más que dar a conocer esta verdad, propagarla para que el mundo comprenda su verdadera naturaleza sagrada.

El poeta es pura duda
La terapeuta es puro entendimiento

Cada unx ve el mundo desde su prisma
Y desde mi prisma, el mundo es mucho más parecido a como lo relata el poeta que la terapeuta. Para mi desgracia y la de todxs los que tengan un poquito de consciencia.

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