domingo, 5 de abril de 2015

Consumir

Qué quieres, ser angosto albino.
Quiero casarme contigo y despedazarte en el proceso.
Yo no dejo despedazarme por cualquiera.
Podrías empezar a hacerlo. No niegues los placeres desconocidos sólo por orgullo.
Tengo más que perder que sólo eso.
A quién quieres engañar. No soy el primero que te ofrece despedazarte. Muchos ya arrancaron lo más valioso. Ya casi no queda nada.
Lo que me hace más apetitosa, ¿no?
No tanto como cuando llegues a ser nada, cuando no quede ni un vestigio, ni una partícula de tu existencia. Ahí sí sufriré el éxtasis máximo. Seré el marido de la Nada, y entre nada y nada haremos algo.
Acepto. Luego me toca a mí despedazarte a ti.
Eso es parte del mismo proceso.
Mutua destrucción.
Hasta que no quede nada.
Para que nazca algo.

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