sábado, 5 de julio de 2014

Fono-monja

Recuerdo que con prontitud uno llama a las monjas. Fono-monja, necesito a alguien con quien hablar de mis virtudes. 10 avemarías por cada silencio. Es barato su precio, de qué vive entonces, de la virginidad, del relicario, de los salmos en la iglesia. Nosotras no estamos vivas, morimos el día en que decidimos hacernos monjas. Entonces es una actividad muy estúpida. Es necesario morir para conocer la divinidad. Pero esa divinidad es muy simple, sólo exige una muerte simbólica, sin ningún heroísmo; yo conozco otra divinidad que conoce la furia y que sólo come carne, que acepta como rezos los gritos de dolor y como sacrificio la violencia. Estarás corrompido para siempre si aceptas esa divinidad. La corrupción es mejor que la vida o la muerte, le da un halo de caos a uno, y no la tranquilidad que ustedes tanto propugnan, como si algo hubiera nacido alguna vez de la plenitud. No hay nada más que crear en este mundo. Entonces quédate con tu mundo mezquino, yo voy a llamar al fono-demonio.

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